domingo, 17 de abril de 2011

Unas horas con Fernando Peña Defilló


“Bien, gracias a Dios y a la Virgen de la Altagracia…”

Por Juan José Mesa

El reloj marcaba 3:05 p. m., cuando terminamos la tertulia después del almuerzo, en el primer día de mi curso anual de Iniciación Teológica, que por cuarto año consecutivo realizo en Jarabacoa. Disponíamos de tres horas para hacer deportes, meditar, dormir siesta..., en fin todo lo permitido en este tipo de actividades. Le pregunté a mi amigo Carlos Defilló si quería acompañarme a visitar al maestro “Papo” Peña, de quien me había manifestado minutos antes que era pariente.

La visita estaba programada desde el sábado previo a mi llegada. Habíamos acordado ver unas obras de “vírgenes paganas” de su autoría, las que me cedería para ser exhibidas en la exposición Visible lo invisible, que forma parte del programa de exposiciones de la galería Mesa Fine Art en el mes de mayo.

Cuando llegamos a la casa de Peña Defilló a quien no le comuniqué que llevaba a su primo, resultó una grata sorpresa para él, pues hacía más de 40 años que no le veía y sólo atinó a decirle: Carlitos pero ¡cuánto has crecido! Un reencuentro entre primos con tantos años sin verse, lógicamente que cambia un poco el sentido de la visita, y entre anécdotas, recuerdos y hablar propiamente de arte pasaron las horas sin darnos cuenta.
Papo me contó que había sufrido una crisis hipertensiva el 24 de diciembre de 2010, algo que no supo que lo era hasta el día después, pues en la Nochebuena prefirió no cenar y dormir temprano. Sin embargo despertó a las 5:00 a. m. del día de Navidad aquejado del mismo malestar, y decidió esperar que despertara su fiel Lolo, para que le lleve al médico de la comunidad.